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Foto del escritorjavigenoni

Peyo, el caballo que sana y visita hospitales


"Los caballos inspiran felicidad, libertad, fuerza y honestidad. Valores indispensables para progresar en la vida". Gabriel Oliverio.


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Cuál es el mejor amigo del hombre dentro de los animales es difícil de responder, pero lo que no quedan dudas es que los caballos demuestran fidelidad y amor constantemente con nosotros. El caso de Peyo, el caballo terapéutico, es un claro ejemplo de esa relación con las personas.


Peyo es un caballo de 14 años que trabaja con pacientes terminales, estimulando y aliviando sus dolencias en cinco hospitales de Francia. Este animal, posee una capacidad única para detectar aquellos pacientes que padecen un cáncer avanzado, Alzheimer y otras enfermedades terminales. Obviamente - y lamentablemente - no los cura, pero con su energía logra tranquilizar y conseguir que los pacientes muestren mejoraras que antes no presentaban.


Con sus visitas, Peyo estimula a los pacientes que al verlo muestran notables cambios en los estados de animo y permite por sobre todo, reducir la medicación. Por este motivo, es parte de diferentes estudios científicos en cuidados paliativos, geriatría y pediatría.


Desde hace tiempo, el animal asiste a cinco hospitales de diferentes ciudades de Francia: Dijon, El Havre, Niza, Antibes y Calais. Allí el caballo se acerca a quienes sufren diferentes enfermedades, se deja acariciar, los mira y los lame y según sus cuidadores, es él quien elije a los pacientes. Peyo decide y hasta hay días que no quiere ingresar al hospital, demostrando que él es quien toma las riendas.


Al ingresar a algún establecimiento médico, el caballo cumple un estricto protocolo de higiene donde lo duchan, lo cubren con una manta y le ponen antiparasitario en los vasos de sus patas. Tal es la voluntad del animal que no tiene problemas en subir en ascensor y no se preocupen por la limpieza luego de su estadía, ya que Peyo no hace sus necesidades durante las visitas.


Hassen Bouchakour de 31 años es su dueño y adiestrador desde hace siete años. Él asegura que Peyo es un animal nervioso y que no le gusta mucho que lo acaricien pero todo cambia al estar en contacto con personas muy enfermas. Es en ese momento donde el caballo pasa de ser distante y frio a ser totalmente amable y sociable.


Peyo es puro amor y bondad para quienes están en un momento critico de sus vidas, aliviando y haciendo más felices a los pacientes quedan encantados con la presencia de este animal gigantesco.




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